viernes, 5 de julio de 2019

Miedos a la medida.


MIEDOS A LA MEDIDA

Los tramperos tienen miedo
de caer en una trampa;
los mafiosillos, del hampa;
los toros, siempre del ruedo;
la religión, de otro credo.
De que los juzguen, los jueces;
las piedras, de que tropieces
con daños y con perjuicios
sin oficio o beneficios
manteniéndote en tus treces.

Tan distintos, tan iguales,
tan por el mundo perdidos:
transgresores, comedidos,
al fin y al cabo mortales.
Objetos circunstanciales
con miedos a la medida.
Y, decida quien decida
hasta que llegue el infarto,
toros y piedras comparto
libremente en estampida.

viernes, 28 de junio de 2019

Agua


AGUA


Ser como el agua que corre,
que se estanca en la llanura,
que se embarranca con fuerza
y sale de la angostura
con la calma de haber sido
vital en su travesura.

En la limpieza del tacto,
ser como el agua frescura
elemental de la piel
única de la envoltura
del líquido acontecer
y en parte literatura.

Ser como el agua que un día
en las nubes se aventura
y sabe y se regocija,
perspectiva de la altura,
de un siempre precipitarse
soñando que es lluvia pura.

Escapar de cualquier molde
que se empeñe en ser captura
o cerco para un fluir
que se busca en la apertura,
y pasar eternamente
y ser el agua futura.

Mojarse de lo que somos
en húmeda asignatura
y esperar que algún poeta
se refleje en la cesura
de un estado que propicie
cien mil versos de sutura.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Por las obras nos conoceremos



POR LAS OBRAS NOS CONOCEREMOS

Yo no he escrito nunca "Los versos más tristes esta noche",
ni un “Arte poética” que no sea de andar por casa;
yo no tengo unos “Campos de Castilla”
ni un palomar de “Las cartas”.
Mis letras son sencillas,
mis imágenes demasiado claras.
No tengo ninguna obra maestra
de la que no me considere su alumno;
es más, las obras me declaran
y la tristeza,
que llevo abrazada de continuo
aunque me saque a bailar cada mañana.
La alegría, ¿qué puedo decir?,
es mi aliada.
Las obras son, tan solo,
aquello por lo que nos conoceremos:
las mías, las tuyas y otras tantas.
Me suena otros ojos tanto como los míos,
reconozco mis rasgos al mirarme en las caras,
tengo de invisible lo mismo que de piedra;
la transparencia y la textura me delatan…
…Y las letras, y los poemas;
todo, todo, todo...
Nada.
                                          Alonso Vicent

domingo, 28 de octubre de 2018

Tres sonetos, tres, a Joaquín Sabina por el morro.



-TRES SONETOS, TRES, A JOAQUÍN SABINA POR EL MORRO.


                         I

"No se me mueran nunca", nos dijiste
y aquí seguimos dándole al resuello,
que sólo llega el agua a ras de cuello
y el maquillaje cubre lo que viste.

Mojarnos por mojarnos, por despiste;
besarnos por besar, estoy en ello;
escribir por amor al arte aquello
que por escrito queda y que subsiste.

Cantar hasta en la ducha, ¡ya te digo!
Beber, si hay sed y a mano un buen amigo.
Vivir; espérame que te acompaño.

Bailar con todo el cuerpo o una silla,
jugar a seguir siendo el cabecilla
de un complot que no acepta el desengaño.


                         II

Haz que sufra, que espere la fulana
de frío beso y parca boca negra,
que deje que sigamos de jarana,
que se alíe si quiere con su suegra.

Nos quedan dos muñecas y un mañana,
mil "ayeres" y un hoy que nos integra
en el tira y afloja, en la ventana,
de la ropa interior que siempre alegra.

Desnúdate las canas, dale fuego
a esta explosión de abriles por el morro,
que por pasar, pasar hasta sin forro.

Pero si hay que quedar, mejor en viernes,
en la calle o el bar de los alternes,
para tomarse las de Villadiego.


                         III

Sigue atracando al delincuente a versos,
aborda a los piratas que es tu fuerte,
muérete por amor y por perderte
entre dos senos pecadores, tersos.

Padre de los agnósticos conversos,
viudo de tantas, novio de la muerte;
la voz rasgada ayuda a componerte
descolgada de un cuerpo y sus reversos.

¡Qué bueno, flaco, que entre tanta pena,
me tenga sin... contigo a la deriva
en este cascarón que me adjetiva.

Ayer mismo me dijo mi Jimena,
¡deja ya de viajar por los perjuros
de letras y compases y futuros...

...para salir de apuros,
despéiname la falda, barre el suelo,
airéame la ropa y mi desvelo!
                                                       2016

sábado, 27 de octubre de 2018

Primer poema


Empezó esta aventura de escribir por allá por el año del Señor de 1975. Lo recuerdo porque fue por esas fechas cuando murió el Generalísimo, pasamos todos a mejor vida y en el internado del Seminario Menor de Godella nos dieron una semana de fiesta. Bueno, los frailes capuchinos se empeñaron en decir que la semana era de luto; pero a mí, por aquel entonces, ya no me apetecía que me engañaran con cuatro monsergas.
Recuerdo que, en clase de “Lenguaje”, el padre Agripino nos instó a componer un poema… y allá que nos pusimos a componérnoslas para lograrlo, los cuarenta alumnos, con los pocos datos que teníamos y la inexperiencia propia de la edad de unos niños de once años.
También recuerdo que al día siguiente, el Padre Agripino, se acercó a mí, me entregó el poema y me dijo “MUY BIEN”.
…Fue entonces cuando comprendí que los curas también podían mentir.
Allá va aquel primer poema que aún conservo en una vieja libreta del año 75 llena de resultados de futbol y baloncesto de la liga en curso; trayectos, tiempos y kilometrajes de mi bicicleta de verano… y otros mil datos llenos de rallas, manchas y borrones… con fondo amarillo.

EL GRAN CAMINO
Camina por la verdad
hijo de la tierra
y verás que bien irás.
Si por ella tú caminas
el camino del gozo
y la paz hallarás.
Pero si no,
el de la envidia sin paz.
Yo prefiero que sea el primero,
pues es el que mejor tomar.
Por él la vida hallarás,
por el otro,
la guerra sin paz.
                                             1975